jueves, 27 de octubre de 2011
Hipocinesia
no se cansa
De morderme los dedos
Y diluir mis lagrimas
En vodka
Arruino mis intentos
Por concentrar mis nervios
Hacia la inspiración
Cuando derramo espuma
Por el invernadero
Destruyo al plateado hipocampo
Bloqueando sus movimientos
Haciendolo gritar
Sin compasión a la vida.
Sus ojos poseian
Un brillo excepcional
Mientras agonizaba en sus recuerdos
Me obligaba a memorizar
La intensidad de su piel
Y la fragilidad de su voz
Cada suspiro era suficiente
En la profundidad de sus ojos
Entendia que permanecer
Mentalmente conectados
Era mi cura
Proporcionaba el silencio
Un grito infinito y agonizante
Después de mucho tiempo
Secuestro mis palabras
Ahora las busco
En la oscuridad del sol
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario